Lisa Gerrard y Brendan Perry grabaron este álbum por allá en el 85, radicados en Londres (bien lejos de su tierra natal), y con un trabajo anterior (Dead Can Dance), entregados por completo al sentimiento lirico de las poesías de Baudelaire (hipócrita, hermano y semejante) y a ciertas influencias de la música oriental, que más adelante se verían concretadas y expuestas, y la música clásica ya alejados de lo que considero los aires rock en los inicios de la banda. Lo que nos dejan es cierto aire de desolación y ambigüedad sentimental, un eco a nostalgia retumbando en los oídos. Es mi favorito, disfrútenlo.
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